Desastre en el huerto

Por aquí por Galicia estamos bajo un pequeño temporal. En Santiago lleva varios días lloviendo sin cesar y con bastante viento. Como cada vez que hay viento temo por el huerto, el tejado del Gallinero… en fin, cosas varias. El tejado del gallinero lo he reforzado varias veces desde que lo he puesto (añadiendo más piedras encima), ahora parece bastante seguro. Cuando soplan ráfagas fuertes se menea un poco, pero no parece que quiera despegar (espero que no lo haga). Por otra parte, me había comprado un pequeño invernadero para el plantel, lo tenía fuera, junto al gallinero y viendo lo que pasaría lo había reforzado poniéndole cubos con piedras en la base. El invernadero es de cuatro pisos, más o menos de 1,80m de altura x 40-50 fondo x 80-90 de ancho. Va muy bien para el plantel. Me permite tenerlo fuera, resolviendo el problema de espigado por falta de luz que estaba teniendo al poner las bandejas en la repisa de la ventana.

Sin duda ha sido una gran compra, hasta que hoy por la mañana, mientras me tomaba un café, lo oí precipitarse. Cuando asomé fuera lo vi tirado, y con él, todo el plantel que tenía desparramado por el suelo. La lluvia por su parte ayudó a que todo se deshiciese por la superficie de mi pequeño terreno. Ahora ya lo he reforzado bien. Como quien dice, de los golpes se aprende, y no voy a volver a confiar en las piedras haciendo contrapeso en la base (claramente el punto de gravedad era crítico a la voluntad de una suave brisa), por lo que lo he anudado y coloqué unos “vientos” que la harán resistir cualquier cosa.

Por lo pronto, el plantel que tenía se ha echado a perder en su mayor parte. Solo han resistido bien los guisantes y alguna escarola. Por lo que he tenido que hacer más. Me ha venido en parte bien, pues he dimensionado el plantel a los bancales que tengo activos ahora mismo, que son cuatro. Y me ha obligado a reflexionar sobre la organización de los próximos cultivos. Una cosa tengo clara, tengo que ponerme las pilas y hacer más bancales. El problema es que en esta tierra encuentro piedras como balones de futbol sala, por lo que “abrir” un bancal nuevo lleva más tiempo de lo normal. Y tiempo, lo que es tiempo, no estoy teniendo mucho. Febrero será un nuevo mes en el que creo que podré dar un nuevo impulso a la creación de este nuevo huerto.