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Berenjena |
Estamos ya en agosto, que rápido pasa el tiempo. En Barcelona, mi ciudad de
residencia, el sol aprieta a diestro y siniestro. Como diría mi madre, están
que se caen los pajaritos.
Mi huerto está sufriendo las consecuencias de mis dos semanas de vacaciones,
las cuales se quedaron a merced del clima, bichitos y ratones. Eso si, el riego
por goteo ha seguido haciendo su función. Al llegar, me he encontrado con
tomates y calabacines atacados por hongos. Las judías estaban totalmente secas,
por lo cual cogí las pocas vainas que había dejado para semilla. Las malas
hierbas se estaban comiendo el huerto pese al acolchado, sobretodo el césped
que había antes, el cual por mucho que arranque no cesa de salir. Pese a ello,
considero que las consecuencias de mi huída no han sido muy graves,